MODERNA VISIÓN FILOSÓFICA DEL HOMBRE
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
Desde
su aparición en el planeta Tierra el hombre trata de encontrar respuesta a una
serie de preguntas: ¿Qué es el hombre? ¿Qué tipo de ser es el hombre? ¿Cuál es su
origen? ¿Quién creó al hombre? ¿De dónde vino el hombre y hacia dónde va? ¿Cuál
es su destino? ¿El hombre nace con su destino o hace su destino? ¿Por qué el
hombre es un ser imperfecto? ¿Cuál es la posición del hombre en el universo?
¿Qué es lo que le diferencia con respecto a los demás seres vivos? ¿Cuáles son
las teorías científicas que explican el origen del hombre? ¿Qué debe hacer el
hombre para llegar a ser lo que se proponer ser? ¿Cuánto es capaz de saber el
hombre durante la brevedad de su existencia?
¿Realmente el hombre sabe
totalmente lo que es? ¿Es el hombre un ser cerrado o abierto frente al mundo?
¿Es el hombre un ser indiferente o
comprometido frente a sus problemas? ¿Es el hombre un ser nacido por contrato o
por amor verdadero? ¿Por qué son tan diversos los seres humanos? ¿Qué relación
tienen los individuos con los universales (especies, géneros) y qué tipo de
realidad corresponde a los universales? ¿Es el hombre sólo individuo, sólo
persona o ambas cosas a la vez? ¿Por qué el hombre está condenado a morir?
¿La
especie humana tiene naturaleza o carece de ella? ¿Hay una naturaleza humana o
varias naturalezas humanas? ¿Es cierto que el hombre viene al mundo como una
hoja en blanco? ¿Es cierto que todo el conocimiento del hombre sólo procede de los órganos sensoriales y de la
experiencia? ¿Es cierto que todos los seres humanos nacen con las mismas
capacidades, tendencias y talentos? ¿Es cierto que la naturaleza humana y su
transformación sólo es producto de las
fuerzas productivas y de las relaciones de producción? ¿Es cierto que los seres
humanos son libres de elegir su propia naturaleza? ¿Es cierto que los seres
vivos son las únicas entidades del Universo que llevan dentro de sí mismas una
descripción de lo que son?
Ý en
este mar de interrogantes se suele escuchar en círculos académicos que el
hombre se ha cosificado, que ha perdido su belleza interior y exterior, que se
ha materializado, que peligra el futuro del hombre por la carencia de una
educación en valores y de una profunda formación religiosa, que en la era de la
información y la comunicación el hombre está más dependiente de la tecnología y
al servicio de ésta y, finalmente, que el hombre cada vez va pensando menos
sobre su verdadera naturaleza y sus problemas.
Resulta
que, en opinión de la licenciada cubana Ana Méndez Mariño:“Vivimos inmerso en
un cambio de época, que nos induce a pensar sobre el hombre y el mundo de una
manera diferente, el pensamiento y la lógica moderna que nos gobernó durante
estos últimos Siglos se ve discapacitada para enfrentar nuevos dilemas, al
decir del profesor Núñez Jover estamos en presencia de un terremoto
epistemológico, las ciencias se cuestionan sus objetos y métodos de
investigación, el pensamiento positivista sobre verdad y error comienza a
cuestionarse, la fragmentación del saber es criticada, y exige la necesidad de
un pensamiento holístico que integre y comunique áreas del saber que años atrás
parecían excluyentes, es en este momento donde surge la Bioética primero como
puente, luego global y más tarde profunda, pero que tiene como impronta la necesidad
de interpretar al mundo no como algo dado y equilibrado, sino bajo el prisma de
su complejidad” [1]
Y
para tener una concepción global acerca del hombre en pleno siglo XXI es
necesario recurrir a la filosofía, en su significado de conjunto de conocimientos
naturales, racionales y metódicamente adquiridos y ordenados, que pretende dar
una explicación fundamental de todas las cosas por sus supremas causas, de la
sociedad, del hombre, de la vida, de Dios y del Universo. En otras palabras, la
filosofía es el estudio del qué, del cómo, del por qué, del para qué y de todo
cuanto hay en el Universo. Kant diría así: La filosofía es la ciencia de los
fines últimos de la razón humana. En cambio para Hegel, la filosofía “es la
investigación de las cosas por el pensamiento”.
“La
tarea de la filosofía es darle al hombre una visión integrada de la vida, una
visión que sirva como base y referencia para todas sus acciones, físicas o
mentales, psicológicas o existenciales. Esta visión le dice la naturaleza del
universo con el que tiene que lidiar (metafísica);
los medios con los que lidiar con él, es decir, los medios de adquirir
conocimiento (Epistemología); los
criterios por los cuales ha de elegir sus objetivos y sus valores, bien sea en
cuanto a su propia vida y carácter (ética)
o en cuanto a la sociedad (política);
y la forma de concretar esta visión (estética),
el estudio del arte y su papel en la vida humana”.[2]
Los antropólogos
sostienen que los parientes vivos más cercanos a la especie humana son los grandes simios:: el gorila, el chimpancé, el gibón y el orangután.
El
hombre es un mamífero del orden de los primates, en el que se incluyen los
monos y los lémures o prosimios, que ha evolucionado cerebralmente, lo que le
ha permitido disponer de la palabra articulada, inventar y perfeccionar los
medios para dominar sobre el resto de la naturaleza. Se distingue en su
conducta por el lenguaje, la civilización y el empleo de utensilios, equipos e
instrumentos de trabajo.
Como
producto de nuestra perseverante investigación filosófica hemos identificado más de cincuenta ciencias que estudian el
hombre, ciencias que tratan de explicar sobre su origen, estructura, naturaleza,
fines, metas, dimensiones y relaciones con sus semejantes, con los seres del
reino animal, las cosas y Dios.
Las
cosas y las ideas solamente se revelan a través del hombre concreto que las
vive, las siente y las piensa. En el hombre las cosas cobran su auténtico
significado, valor, importancia y utilidad, tanto en su esencia como en su
existencia. En este sentido el hombre es objeto de la filosofía, pero al mismo
tiempo es sujeto que piensa, razona, emite juicios de valor sobre el
comportamiento de sus semejantes.
El
hombre es, por su naturaleza, una ontología de la vida, es decir, un ser biológico,
físico, religioso, social, cultural, psicológico, político, económico,
histórico, axiológico, ecológico, ético, filosófico, metafísico, entre otros. Pero también el hombre es un fin
en sí mismo y no un simple medio para alcanzar intereses subalternos o de
grupos de poder económico y político.
El
hombre, -el más numeroso de las especies de mamíferos-, tiene por esencia la racionalidad, la aptitud
de captar todo tipo de verdades, de descubrir y producir nuevos conocimientos,
de construir equipos, máquinas e instrumentos de trabajo para dominar la
naturaleza, comprenderla y transformar la realidad.
Característica
exclusiva del hombre es formar conceptos, meditar respecto de sí mismo y de
todo cuanto hay en el universo e investigar su posición entre los seres vivos y
las cosas del universo.
En la actual sociedad del
conocimiento, en la que se fascina el hombre por los grandes adelantos
científicos y tecnológicos y el conocimiento acerca del hombre progresa
considerablemente, resulta provechoso robar unos minutos de nuestro tiempo para
fijar la atención sobre el hombre en sí, para filosofar sobre el significado
del hombre y entender las dimensiones de su ser, de sus potencialidades,
aptitudes, capacidades, cualidades, propiedades, características, posibilidades
y perspectivas futuras.
Con
las palabras del gran filósofo americano John Dewey diríamos: “la Filosofía se
recobra a sí misma cuando deja de ser un invento para tratar los problemas de
los filósofos y se convierte en un método cultivado por éstos para afrontar los
problemas de los hombres”. O también con las
expresiones de Wilhelm Dilthey: “la última palabra del filósofo es la
Pedagogía, pues toda especulación debe servir a la acción. Floración y
finalidad de toda verdadera Filosofía es Pedagogía, en su sentido más amplio:
teoría de la formación del hombre”. Más aún si tenemos en cuenta las
precisiones de E. Krieck: “El objeto de la educación es el hombre: el objeto de
la ciencia de la educación es la esencia y el devenir del hombre” (Filosofía de la Educación, 1930).
Llevado por el ansia de tener una concepción global acerca del hombre, en sus múltiples dimensiones, luego de cinco años de paciente investigación, se hará realidad la publicación de mi obra MODERNA VISIÓN FILOSÓFICA DEL HOMBRE.
[1] Ana Méndez Mariño, en su trabajo final del curso sobre
Etnología “La unidualidad del hombre”, Universidad de La Habana,
http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/mendez_marino_ana/la_unidualidad_del_hombre.htm