JOSÉ
MANUEL BERMÚDEZ, EL MULTIFACÉTICO INTELECTUAL
Escribe: Eudoro Terrones
Negrete
José
Manuel Bermúdez, nació en Tarma el 5 de enero de 1764. Fue uno de los grandes
personajes de la cultura peruana, notable quechuista, miembro de la Sociedad Amantes
del País y colaborador de la revista Mercurio
peruano.
A
los 12 años de edad viaja a Lima y estudia gramática en San Idelfonso. Más
tarde continúa sus estudios en el Seminario Conciliar de Santo Toribio y llega
a regentar cátedra por sus propios méritos intelectuales.
El
30 de marzo de 1757 ingresó al Colegio Real de San Martín de Lima, bajo la
dirección de los Padres Jesuitas.
En
1759 defendió un acto público de artes, el mismo que lo dedicó a San Ignacio.
José
Manuel Bermúdez, fue un multifacético intelectual tarmeño, que destacó como
lingüista, escritor lírico, periodista, sacerdote, maestro defensor de la Iglesia Católica ,
cronista, polemista, literato, historiador, biógrafo de Santa Rosa de Lima,
teólogo y orador sagrado.
En su
condición de gran conocedor de la lengua
quechua compuso una gramática y elaboró un vocabulario, llegando a condenar el
lamentable error de los conquistadores por haber pretendido extinguir esta
lengua.
Desempeñó
diversos cargos eclesiásticos, políticos y académicos. Fue cura de Huánuco,
juez y vicario de su partido (1789-1803) llegando a permanecer en el cargo 16
años y seis meses. racionero del coro en Lima, defensor de legados y obras
pías, examinador sinodal de Número.
También
fue diputado por Tarma, juez de la diputación provincial de 1814 a 1820, y en 1821 miembro
de la Junta
pacificadora nombrado por el Virrey La
Serna para la negociación con el general Don José de San
Martín.
En
1762, en acto público se gradúa de doctor de Teología en la universidad Mayor
de San Marcos.
José
Manuel Bermúdez recibe el honroso cargo de medio racionero en el coro del
cabildo de Lima (4/06/1803). Dos años después fija su residencia en esta ciudad
y más tarde.
El
22 de febrero de 1805 asume el cargo de Canónigo Magistral de la Iglesia Metropolitana
de Lima. Y el 17 de junio de 1805 asume
el cargo de secretario del cabildo.
“El
siglo XIX fue fundamental para la estructuración actual del archivo, brillando
valiosos capitulares, algunos de los cuales tuvieron una fecunda labor más allá
de la secretaría capitular. Destacan los canónigos: José Manuel Bermúdez, quien
encuadernó documentos, hizo un seguimiento de los miembros del Cabildo en el
tiempo y realizó además anotaciones, facilitando la lectura de los volúmenes”[1]
En
1806 asciende a racionero y es nombrado secretario del cabildo hasta el año de
1814.
En
1812 es nombrado magistral y en 1819 canciller o cancelario de la universidad
de San Marcos.
Como
catedrático secunda a José Baquíjano y Carrillo (1783) en su candidatura al
rectorado de la universidad de San Marcos.
El
virrey Abascal lo nombra como miembro de la Junta Provincial
para poner en práctica la
Constitución política de Perú de 1812.
Bermúdez
se distingue como orador sagrado y logra pronunciar las oraciones fúnebres en
las exequias del obispo del Cuzco Gorrichategui en 1776, en la del general
conde de la Unión
en 1795, en las del arzobispo Larreguera en 1805 y en la del presidente de las
cortes españolas de Cádiz, Vicente Morales y Duárez, en 1812 y también un discurso sobre la falsa
religión y las costumbres supersticiosas de los indios del Perú.
OBRAS PUBLICADAS
José
Manuel Bermúdez publicó las obras siguientes: Oración fúnebre en las del
Ilustrísimo Señor Don Agustín de Gorrichátegui, dignísimo obispo de la Santa Iglesia del
Cuzco (1776), Discurso sobre la utilidad
e importancia de la lengua general del Perú (1793), Fama póstuma del Excelentísimo e Ilustrísimo
Señor Doctor Don Juan Domingo González de la Reguera (1805), Oración fúnebre del señor don
Vicente Morales Duárez (1812), Breve noticia de la vida y virtudes de la señora
doña Catalina de Iturgoyen Amasa y Lisperguer, condesa de la Vega del Ren (1821), Vida de
Santa Rosa de Lima (1827), Vida de de la gloriosa Virgen dominicana Santa Rosa
de Santa María (1827).
Asimismo
es autor de las obras: Los anales de la catedral de Lima 1534-1824 (1833),
Sermones y oraciones fúnebres, Gramática y Vocabulario, Oraciones y Confesionario,
en quechua y castellano.
Escribió un
opúsculo muy elogiado por su abierta
defensa de la Bula
de Pío VI, sobre diezmos y rentas.
ANALES SOBRE LA CATEDRAL DE LIMA
“Este
libro, cuyo manuscrito original se conserva en la Biblioteca de Lima, es
la historia más completa y auténtica de la Catedral Limense
durante la época colonial. Los actos todos de los diecisiete arzobispos
españoles que tuvo la capital del virreinato, desde los días de Pizarro hasta
el advenimiento del Generalísimo San Martín, están relatados con llaneza de
estilo y minuciosidad por el autor” se lee en el prólogo de la obra (Lima,
julio de 1903)[2]
En la
introducción de Anales sobre la
Catedral de Lima, José Manuel Bermúdez manifiesta: “Aunque la Santa Iglesia de Lima no ha perdido su antiguo
esplendor, con todo, algo ha experimentado de las injurias del tiempo, por lo
que se ha pensado en hacer revivir sus antiguas laudables costumbres para que
pueda recobrar sus pasadas glorias, lo que, no puede ejecutarse con más acierto
que haciendo, como nos proponemos, un compendioso relato cronológico de lo que
ha sido desde sus principios”.
LAS COVACHUELAS
Según
los "Anales de la
Catedral de Lima: 1534-1824", de José Manuel Bermúdez,
las covachuelas fueron unas excavaciones hechas bajo el cementerio de la
iglesia, la Catedral ,
separadas por muros techados de madera y cubiertas por encima de ladrillo, que
tenían la finalidad de proporcionar la venta de sus mercancías a los llamados
mercachifles. Pero como el comercio seguía creciendo y aquellas primeras 15
covachuelas eran muy pequeñas, en el año de 1756 se procedió a reedificarlas y
extenderlas. En 1767 se construyeron seis covachuelas más y entre 1784 y 1792
se edificaron otras nueve”[3]
”Las 30 covachuelas dela
Catedral de Lima funcionaron hasta el año de 1871, en que
fueron demolidas para dar paso a los trabajos de remodelación de la Catedral. Si muy bien
los mercachifles se vieron forzados a volver a la calle, al sacarlos de la Catedral se le hizo un
favor a la ciudad ya que las covachuelas aquellas eran un atentado contra la
arquitectura del principal templo de Lima. Pero las covachuelas aquellas, a
pesar de ser demolidas, dejaron su recuerdo en la ciudad de Lima ya que la
calle donde está ubicada la
Catedral de Lima, que antiguamente se llamó Gradas de la Catedral , pasó a llamarse
calle de las Covachuelas, conservando ese nombre el año de 1861, cuando se
adoptó la actual nomenclatura que tienen las calles de Lima”[4]
”Las 30 covachuelas de
En
1822 José Manuel Bermúdez desempeñó la alta
dignidad de Chantre en el Coro de Lima. Fallece
en la ciudad de Lima en 1830,
a la edad de 66 años.