TEORÍA DE LA PEDAGOGÍA PACIFISTA
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
El objetivo de la pedagogía pacifista o
universalista es incluir a la humanidad toda en el supremo acto educativo para que el pensamiento no quede encerrado en
categorías ideológicas de un pueblo o en categorías europeas, sino que se
proyecte sobre todo el Universo, y adquiera conciencia de sus límites frente a
otros modos de ver o de pensar, de manera que la metafísica oriental y
occidental puedan subsistir como dos concepciones distintas que se completen
mutuamente y de las cuales la una no pueda ser considerada a priori, como
verdadera y la otra como falsa.
Recuérdese sino a Lessing, Herder, Kant, los
clásicos, los románicos, por ejemplo Novalis, la Cristiandad y Europa,
el idealismo, el neohumanismo, el positivismo como religión de la Humanidad , el
socialismo, la seudomística, como la antroposofía y la teosofía, etc. Los
descubrimientos fueron ensanchando el mundo y ampliando cada vez más su radio
de acción; la carrera victoriosa de la técnica y de los medios de comunicación
y, finalmente, la economía y los principios de arbitraje, han ido aproximando
más y más a los hombres.
En consonancia con la pedagogía pacifista está la Pedagogía mundial tal
como está comprendida en las nuevas Constituciones políticas, en que «el
espíritu de las naciones y el de la reconciliación de los pueblos» ha llegado a
armonizarse.
- Todas las ocasiones que se
ofrecen en todos los centros de educación - familia, profesión, escuela,
universidad- deben ser empleados en provecho del fomento de la idea de la
instauración y conservación de la paz mundial, de la paz en todos los pueblos
del universo.
- Conlleva, respecto a los
derechos ajenos, resolución justa de los casos de conflicto, evitación de
desavenencias.
- La posibilidad del heroísmo
se evidencia en todas las esferas de la vida humana y de los países del
mundo.
- No habrá paz en la humana
comunidad y entre los pueblos mientras no exista una verdadera voluntad
pacifista entre los hombres.
- Las leyes y disposiciones
externas garantizan de un modo insuficiente la paz jurídica y la paz
económica.
- Normas internacionales,
convenios de paz, tratados, pueden ser eficaces contra la lucha y contra
la guerra solamente en el caso de que los pueblos y sus representantes se
hallen noblemente animados de las sublimes ideas de paz jurídica y
económica. Procesos jurídicos, huelgas por causa de los salarios, luchas
de competencia en la vida económica de un pueblo, no se solucionan,
suavizan o suprimen con sólo una plétora de preceptos legales o por medio
de informes, consejos e instituciones de procedimientos litigiosos,
tribunales arbítrales, etc., sino que exigen, para su eficaz
encauzamiento, una educación de los directores del pueblo, así como del
pueblo mismo.
- Al cultivarse estas nuevas
maneras de pensar y de sentir de la pedagogía pacifista, debe ser formada
por sobre todas las cosas la voluntad, con objeto de capacitar al hombre
para apoyar o dirigir una política, como ciudadano responsable, en la cual
el derecho esté siempre por encima de la fuerza, la fuerza de la razón
impere sobre la razón de la fuerza, que no haya diferencia entre pueblos
elegidos y pueblos no elegidos.
- Formar el individuo y la
sociedad en vista a la integral condición humana. El valor relativo del
individuo no proviene de su condición de blanco, negro o cobrizo, así como
tampoco es de más baja categoría moral por el hecho de pertenecer a un
pueblo individualizado.